NUESTRA SEÑORA DE CHIQUINQUIRÁ
En 1560 don Antonio de Santana, del pueblo Chiquinquirá, solicitó que se pintara una imagen de la Virgen del Rosario, para una pequeña capilla; además le pusieron a San Antonio y a San Felipe apóstol. Pero la capilla tenía el techo de paja, lo que provocó que la humedad deteriorara la pintura. En 1586 pasó una mujer indígena y su hijo. Vio la imagen con el color y brillo original y en perfecto estado. Así se inició la devoción a Nuestra Señora de Chiquinquirá.
Fuente: Lectio Divina
En 1560 don Antonio de Santana, del pueblo Chiquinquirá, solicitó que se pintara una imagen de la Virgen del Rosario, para una pequeña capilla; además le pusieron a San Antonio y a San Felipe apóstol. Pero la capilla tenía el techo de paja, lo que provocó que la humedad deteriorara la pintura. En 1586 pasó una mujer indígena y su hijo. Vio la imagen con el color y brillo original y en perfecto estado. Así se inició la devoción a Nuestra Señora de Chiquinquirá.
Fuente: Lectio Divina