Santa Teresa de Ávila
(1515-1582) Nació en Ávila, España. De pequeña quiso irse con su hermano, a tierras mahometanas a declararse cristiana y así ser martirizada para conseguir el cielo. A los cuarenta años emprendió la tarea de reformar la orden carmelitana según su regla primitiva, guiada por Dios por medio de coloquios místicos, con ayuda de San Juan de la Cruz, separando a los Carmelitas descalzos de los calzados. Sus escritos son considerados como textos clásicos en la literatura española. Pablo VI la proclamó doctora de la Iglesia.
Fuente: Lectio Divina
ORACIÓN DE SANTA TERESA DE ÁVILA A SAN JOSÉ
Glorioso patriarca San José, cuyo poder sabe hacer posible las cosas imposibles, ven en mi auxilio en éstos momentos de angustia y dificultad. Toma bajo vuestra protección las situaciones tan serias y difíciles que te encomiendo a fin de que tengan una feliz solución.
Mi bien amado padre, toda mi confianza está puesta en ti, que no se diga que te he invocado en vano y puesto que puedes todo ante Jesús y María, muéstrame que tu bondad es tan grande como tu poder.
Amén.
Fuente: https://misionerosdigitales.com/
(1515-1582) Nació en Ávila, España. De pequeña quiso irse con su hermano, a tierras mahometanas a declararse cristiana y así ser martirizada para conseguir el cielo. A los cuarenta años emprendió la tarea de reformar la orden carmelitana según su regla primitiva, guiada por Dios por medio de coloquios místicos, con ayuda de San Juan de la Cruz, separando a los Carmelitas descalzos de los calzados. Sus escritos son considerados como textos clásicos en la literatura española. Pablo VI la proclamó doctora de la Iglesia.
Fuente: Lectio Divina
ORACIÓN DE SANTA TERESA DE ÁVILA A SAN JOSÉ
Glorioso patriarca San José, cuyo poder sabe hacer posible las cosas imposibles, ven en mi auxilio en éstos momentos de angustia y dificultad. Toma bajo vuestra protección las situaciones tan serias y difíciles que te encomiendo a fin de que tengan una feliz solución.
Mi bien amado padre, toda mi confianza está puesta en ti, que no se diga que te he invocado en vano y puesto que puedes todo ante Jesús y María, muéstrame que tu bondad es tan grande como tu poder.
Amén.
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