SAN JOSÉ, ESPOSO DE LA VIRGEN MARÍA
Su misión fue, después de la Santísima Virgen María, la más importante que Dios le haya encomendado a criatura alguna, y al mismo tiempo la más escondida: salvaguardar los tesoros de Dios, Jesús y María; y proteger con su silencio, presencia y santidad, el misterio de la Encarnación.
El Papa León XIII lo hace patrono de la Iglesia universal, el Papa Pío XII instaura la fiesta de San José, Obrero y el Papa Juan Pablo II escribe “Redemptoris Custos” hablando de la misión de San José especialmente en estos tiempos donde la Iglesia enfrenta grandes peligros.
Este año ha sido dedicado a San José por el Papa Francisco y ha escrito una hermosa Carta Apostólica: "Patris Corde" donde habla de las bondades dadas por Dios a este gran santo, te invitamos a leerla en el siguiente enlace: http://www.vatican.va/content/francesco/es/apost_letters/documents/papa-francesco-lettera-ap_20201208_patris-corde.html
ORACIONES
+ORACIÓN DEL PAPA FRANCISCO
Salve, custodio del Redentor
y esposo de la Virgen María.
A ti Dios confió a su Hijo,
en ti María depositó su confianza,
contigo Cristo se forjó como hombre.
Oh, bienaventurado José,
muéstrate padre también a nosotros
y guíanos en el camino de la vida.
Concédenos gracia, misericordia y valentía,
y defiéndenos de todo mal. Amén.
Fuente: Patris Corde
+ORACIÓN DEL PAPA LEÓN XIII
A ti recurrimos en nuestra tribulación, Bienaventurado José, y después de implorar el socorro de tu Santísima Esposa pedimos también confiadamente tu patrocinio.
Por el afecto que te unió con la Inmaculada Virgen Madre de Dios y por el amor paternal con que trataste al Niño Jesús, te rogamos nos auxilies para llegar a la posesión de la herencia que Jesucristo nos conquistó con su sangre, nos asistas con tu poder y nos socorras en nuestras necesidades.
Proteged -Oh prudentísimo Guardián de la Sagrada Familia- a la raza elegida de Jesucristo; presérvanos, Oh Padre amantísimo, de toda mancha de error y corrupción; muéstratenos propicio y asístenos desde lo alto del Cielo -Oh Poderosísimo Libertador Nuestro- en la batalla que estamos librando contra el poder de las tinieblas; y así como libraste al Niño Jesús del peligro de la muerte, defiende ahora a la Santa Iglesia de Dios contra la acechanza del enemigo y contra toda adversidad.
Concédenos tu perpetua protección a fin de que animados por tu ejemplo y tu asistencia podamos vivir santamente, piadosamente morir y alcanzar la eterna beatitud del Cielo. Amén.
S.S. León XIII ha concedido indulgencias parciales por cada vez que se rece devotamente esta oración. (Decretos del 15 de agosto y 21 de septiembre de 1889).
+SAN JOSÉ: PATRONO DE LA IGLESIA UNIVERSAL
Castísimo José, esposo de María: Me gozo de veros elevado a tan sublime dignidad y adornado de tan heroicas virtudes! Por los dulcísimos besos y estrechísimos abrazos que diste al Divino Jesús, te suplico me admitáis en el número de vuestros siervos.
Proteged a las vírgenes y alcanzadnos a todos la gracia de conservar la pureza de cuerpo y alma.
Amparad a los pobres y a los afligidos, por la pobreza y amargas angustias que padecisteis en compañía de Jesús y María en Belén, Egipto y Nazaret; y haced que sufriendo con paciencia nuestros trabajos, merezcamos el eterno descanso.
Sed protector de los esposos para que vivan en paz y eduquen en el Santo temor de Dios a sus hijos.
Dad a los sacerdotes las virtudes que corresponden a su estado para tratar dignamente el Cuerpo de Jesús Sacramentado. A los que viven en comunidad inspiradles amor a la observancia religiosa.
A los moribundos asistidlos en aquel trance supremo, pues tuviste la dicha de morir en los brazos de Jesús y de María.
Tended vuestra mano protectora a toda la Iglesia, pues habéis sido declarado por el Vicario de Cristo como Patrono de la Iglesia Universal.
Y, ya que libraste al Hijo de Dios del furor de Herodes, libra a la Iglesia -Esposa suya- del furor de los impíos. Alcanzadnos que se abrevien los días malos y que vengan la serenidad y la paz. Así sea.
Oh Dios, que con providencia inefable te dignaste elegir al bienaventurado San José por esposo de tu Madre, te rogamos nos concedas que merezcamos tener en los cielos por Intercesor a quien en la tierra veneramos por Protector, Tú, Señor, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
+CONSAGRACIÓN A SAN JOSÉ
Oh Glorioso Patriarca San José, heme aquí, postrado de rodillas ante vuestra presencia, para pediros vuestra protección.
Desde ya os elijo como a mi padre, protector y guía. Bajo vuestro amparo pongo mi cuerpo y mi alma, propiedad, vida y salud. Aceptadme como hijo vuestro. Preservadme de todos los peligros, asechanzas y lazos del enemigo. Asistidme en todo momento y ante todo en la hora de mi muerte. Amén.
+Te Ioseph Celebrent
¡Oh José! que los coros celestiales celebren tus grandezas, / que los cantos de todos los cristianos hagan resonar sus alabanzas. / Glorioso ya por tus méritos, te uniste por una casta alianza / a la Augusta Virgen. Cuando, dominado por la duda y la ansiedad, / te asombras del estado en que se halla tu esposa / un Ángel viene a decirte que el Hijo que Ella ha concebido / es del Espíritu Santo.
El Señor ha nacido, y le estrechas en tus brazos; / partes con El hacia las lejanas playas de Egipto; / después de haberle perdido en Jerusalén, le encuentras de nuevo; así tus gozos van mezclados con lágrimas.
Otros son glorificados después de una santa muerte, / y los que han merecido la palma son recibidos en el seno de la gloria; pero tú, por un admirable destino, semejante a los Santos, y aún más dichoso, / disfrutas ya en esta vida de la presencia de Dios.
¡Oh Trinidad Soberana! oye nuestras preces, concédenos el perdón; / que los méritos de José nos ayuden a subir al cielo, para que nos sea dado cantar para siempre el cántico de acción de gracias y de felicidad. Amén.
Se trata de un himno escrito originalmente en latín y que suele utilizarse en las vísperas de las festividades de San José (19 de marzo) y San José obrero (1 de mayo).
+A san José Obrero
Nos dirigimos a ti, Oh bendito San José, nuestro protector en la tierra, como quien conoce el valor del trabajo y la respuesta a nuestro llamado. A través de tu Santa Esposa, la Inmaculada Virgen Madre de Dios, y sabiendo el amor paternal que tuviste a nuestro Señor Jesús, te pedimos nos asistas en nuestras necesidades y fortalezcas en nuestros trabajos.
Por la promesa de realizar dignamente nuestras tareas diarias, líbranos de caer en el pecado, de la avaricia, de un corazón corrupto. Se tú el solícito guardián de nuestro trabajo, nuestro defensor y fortaleza contra la injusticia y el error.
Seguimos tu ejemplo y buscamos tu auxilio. Socórrenos en todos nuestros esfuerzos, para así poder obtener contigo el descanso eterno en el Cielo. Amén.
+Oración a san José antes de la comunión
¡Oh feliz varón, bienaventurado José, a quien le fue concedido no sólo ver y oír al Dios a quien muchos reyes quisieron ver y no vieron, oír y no oyeron; sino también abrazarlo, besarlo, vestirlo y custodiarlo!
V/ Ruega por nosotros, bienaventurado José.
R/ Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Oración: Oh Dios, que nos concediste el sacerdocio real; te pedimos que, así como san José mereció tratar y llevar en sus brazos con cariño a tu Hijo unigénito, nacido de la Virgen María, hagas que nosotros te sirvamos con corazón limpio y buenas obras, de modo que hoy recibamos dignamente el sacrosanto cuerpo y sangre de tu Hijo, y en la vida futura merezcamos alcanzar el premio eterno. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén
+Oración a san José después de la comunión eucarística
Custodio y padre de vírgenes San José, a cuya fiel custodia fueron encomendadas la misma inocencia Cristo Jesús y la Virgen de las vírgenes María: por estas dos queridísimas prendas, Jesús y María, te ruego y te suplico me alcances que, preservado de toda impureza, sirva siempre con alma limpia, corazón puro y cuerpo casto a Jesús y a María. Amén.
(Fuente: Opusdei)
Su misión fue, después de la Santísima Virgen María, la más importante que Dios le haya encomendado a criatura alguna, y al mismo tiempo la más escondida: salvaguardar los tesoros de Dios, Jesús y María; y proteger con su silencio, presencia y santidad, el misterio de la Encarnación.
El Papa León XIII lo hace patrono de la Iglesia universal, el Papa Pío XII instaura la fiesta de San José, Obrero y el Papa Juan Pablo II escribe “Redemptoris Custos” hablando de la misión de San José especialmente en estos tiempos donde la Iglesia enfrenta grandes peligros.
Este año ha sido dedicado a San José por el Papa Francisco y ha escrito una hermosa Carta Apostólica: "Patris Corde" donde habla de las bondades dadas por Dios a este gran santo, te invitamos a leerla en el siguiente enlace: http://www.vatican.va/content/francesco/es/apost_letters/documents/papa-francesco-lettera-ap_20201208_patris-corde.html
ORACIONES
+ORACIÓN DEL PAPA FRANCISCO
Salve, custodio del Redentor
y esposo de la Virgen María.
A ti Dios confió a su Hijo,
en ti María depositó su confianza,
contigo Cristo se forjó como hombre.
Oh, bienaventurado José,
muéstrate padre también a nosotros
y guíanos en el camino de la vida.
Concédenos gracia, misericordia y valentía,
y defiéndenos de todo mal. Amén.
Fuente: Patris Corde
+ORACIÓN DEL PAPA LEÓN XIII
A ti recurrimos en nuestra tribulación, Bienaventurado José, y después de implorar el socorro de tu Santísima Esposa pedimos también confiadamente tu patrocinio.
Por el afecto que te unió con la Inmaculada Virgen Madre de Dios y por el amor paternal con que trataste al Niño Jesús, te rogamos nos auxilies para llegar a la posesión de la herencia que Jesucristo nos conquistó con su sangre, nos asistas con tu poder y nos socorras en nuestras necesidades.
Proteged -Oh prudentísimo Guardián de la Sagrada Familia- a la raza elegida de Jesucristo; presérvanos, Oh Padre amantísimo, de toda mancha de error y corrupción; muéstratenos propicio y asístenos desde lo alto del Cielo -Oh Poderosísimo Libertador Nuestro- en la batalla que estamos librando contra el poder de las tinieblas; y así como libraste al Niño Jesús del peligro de la muerte, defiende ahora a la Santa Iglesia de Dios contra la acechanza del enemigo y contra toda adversidad.
Concédenos tu perpetua protección a fin de que animados por tu ejemplo y tu asistencia podamos vivir santamente, piadosamente morir y alcanzar la eterna beatitud del Cielo. Amén.
S.S. León XIII ha concedido indulgencias parciales por cada vez que se rece devotamente esta oración. (Decretos del 15 de agosto y 21 de septiembre de 1889).
+SAN JOSÉ: PATRONO DE LA IGLESIA UNIVERSAL
Castísimo José, esposo de María: Me gozo de veros elevado a tan sublime dignidad y adornado de tan heroicas virtudes! Por los dulcísimos besos y estrechísimos abrazos que diste al Divino Jesús, te suplico me admitáis en el número de vuestros siervos.
Proteged a las vírgenes y alcanzadnos a todos la gracia de conservar la pureza de cuerpo y alma.
Amparad a los pobres y a los afligidos, por la pobreza y amargas angustias que padecisteis en compañía de Jesús y María en Belén, Egipto y Nazaret; y haced que sufriendo con paciencia nuestros trabajos, merezcamos el eterno descanso.
Sed protector de los esposos para que vivan en paz y eduquen en el Santo temor de Dios a sus hijos.
Dad a los sacerdotes las virtudes que corresponden a su estado para tratar dignamente el Cuerpo de Jesús Sacramentado. A los que viven en comunidad inspiradles amor a la observancia religiosa.
A los moribundos asistidlos en aquel trance supremo, pues tuviste la dicha de morir en los brazos de Jesús y de María.
Tended vuestra mano protectora a toda la Iglesia, pues habéis sido declarado por el Vicario de Cristo como Patrono de la Iglesia Universal.
Y, ya que libraste al Hijo de Dios del furor de Herodes, libra a la Iglesia -Esposa suya- del furor de los impíos. Alcanzadnos que se abrevien los días malos y que vengan la serenidad y la paz. Así sea.
Oh Dios, que con providencia inefable te dignaste elegir al bienaventurado San José por esposo de tu Madre, te rogamos nos concedas que merezcamos tener en los cielos por Intercesor a quien en la tierra veneramos por Protector, Tú, Señor, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
+CONSAGRACIÓN A SAN JOSÉ
Oh Glorioso Patriarca San José, heme aquí, postrado de rodillas ante vuestra presencia, para pediros vuestra protección.
Desde ya os elijo como a mi padre, protector y guía. Bajo vuestro amparo pongo mi cuerpo y mi alma, propiedad, vida y salud. Aceptadme como hijo vuestro. Preservadme de todos los peligros, asechanzas y lazos del enemigo. Asistidme en todo momento y ante todo en la hora de mi muerte. Amén.
+Te Ioseph Celebrent
¡Oh José! que los coros celestiales celebren tus grandezas, / que los cantos de todos los cristianos hagan resonar sus alabanzas. / Glorioso ya por tus méritos, te uniste por una casta alianza / a la Augusta Virgen. Cuando, dominado por la duda y la ansiedad, / te asombras del estado en que se halla tu esposa / un Ángel viene a decirte que el Hijo que Ella ha concebido / es del Espíritu Santo.
El Señor ha nacido, y le estrechas en tus brazos; / partes con El hacia las lejanas playas de Egipto; / después de haberle perdido en Jerusalén, le encuentras de nuevo; así tus gozos van mezclados con lágrimas.
Otros son glorificados después de una santa muerte, / y los que han merecido la palma son recibidos en el seno de la gloria; pero tú, por un admirable destino, semejante a los Santos, y aún más dichoso, / disfrutas ya en esta vida de la presencia de Dios.
¡Oh Trinidad Soberana! oye nuestras preces, concédenos el perdón; / que los méritos de José nos ayuden a subir al cielo, para que nos sea dado cantar para siempre el cántico de acción de gracias y de felicidad. Amén.
Se trata de un himno escrito originalmente en latín y que suele utilizarse en las vísperas de las festividades de San José (19 de marzo) y San José obrero (1 de mayo).
+A san José Obrero
Nos dirigimos a ti, Oh bendito San José, nuestro protector en la tierra, como quien conoce el valor del trabajo y la respuesta a nuestro llamado. A través de tu Santa Esposa, la Inmaculada Virgen Madre de Dios, y sabiendo el amor paternal que tuviste a nuestro Señor Jesús, te pedimos nos asistas en nuestras necesidades y fortalezcas en nuestros trabajos.
Por la promesa de realizar dignamente nuestras tareas diarias, líbranos de caer en el pecado, de la avaricia, de un corazón corrupto. Se tú el solícito guardián de nuestro trabajo, nuestro defensor y fortaleza contra la injusticia y el error.
Seguimos tu ejemplo y buscamos tu auxilio. Socórrenos en todos nuestros esfuerzos, para así poder obtener contigo el descanso eterno en el Cielo. Amén.
+Oración a san José antes de la comunión
¡Oh feliz varón, bienaventurado José, a quien le fue concedido no sólo ver y oír al Dios a quien muchos reyes quisieron ver y no vieron, oír y no oyeron; sino también abrazarlo, besarlo, vestirlo y custodiarlo!
V/ Ruega por nosotros, bienaventurado José.
R/ Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Oración: Oh Dios, que nos concediste el sacerdocio real; te pedimos que, así como san José mereció tratar y llevar en sus brazos con cariño a tu Hijo unigénito, nacido de la Virgen María, hagas que nosotros te sirvamos con corazón limpio y buenas obras, de modo que hoy recibamos dignamente el sacrosanto cuerpo y sangre de tu Hijo, y en la vida futura merezcamos alcanzar el premio eterno. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén
+Oración a san José después de la comunión eucarística
Custodio y padre de vírgenes San José, a cuya fiel custodia fueron encomendadas la misma inocencia Cristo Jesús y la Virgen de las vírgenes María: por estas dos queridísimas prendas, Jesús y María, te ruego y te suplico me alcances que, preservado de toda impureza, sirva siempre con alma limpia, corazón puro y cuerpo casto a Jesús y a María. Amén.
(Fuente: Opusdei)